Los PGF de noviembre se aprobaron gracias a una coalición de liberales, comunistas y nacionales y contenían un gran gasto destinado a vacaciones, en concreto un 32,37% del PIB. Esto se financiaba básicamente con una reducción del monto destinado al ahorro, que quedaba en un 9%, muy alejado del 35% que recomendaba el Banco Federal. Contra estos presupuestos se habían posicionado enérgicamente los espartanos. Tambíen conservadores y socialistas dudaban de la eficiencia de los mismos y de que se pudieran mantener. Los economistas habían avisado de que posiblemente al final se tendría que recurrir al ya exiguo FPSA.
En este escenario ha entrado en juego una jugada maestra del Ejecutivo. El Presidente Kyle, que había sido criticado por su inacción, convocó hace unos días a todos los consejeros y propuso que se pospusiesen las vacaciones. La votación resultó en empate con 10 votos a favor y 10 en contra, con lo que el voto del propio presidente acabó inclinando definitivamente la balanza hacia la suspensión. Así, las vacaciones han sido pospuestas sin fecha fija. Eso dejaba en la práctica sin efecto todo el monto destinado a las mismas, y toda esa cuantía ha sido desviada al Ahorro, que el propio Ejecutivo ha renombrado dejando de llamarse FPSA para pasar a nominarse "Proyectos", algo con más vistas de largo plazo y menos "intervenible", pues deja de ser proclive a "caprichosos imprevistos que en realidad no lo son", en palabras del Presidente.
Todo esto se traduce en una carambola legal por la que Chris Kyle, siguiendo la normativa vigente, ha paralizado el enorme gasto de ahorro que se había previsto para noviembre, posponiéndolo "a una época más favorable a la economía y la salud", según sus propias palabras.
Según las encuestas, la maniobra del Presidente ha hecho subir como la espuma su popularidad del bajísimo 26% en el que se encontraba hasta el 48%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.